¿Por qué son tan importantes las estaciones del año en Japón?
Quizás no lo sabes, pero la vida japonesa continúa estando íntimamente ligada a las cuatro estaciones del año (季節, kisetsu). Así lo demuestran multitud de festivales, celebraciones anuales, productos y artículos varios. De hecho, incluso las comidas y alimentos giran alrededor de las cuatro estaciones japonesas. Y son las estaciones del año las que dan sentido y orden a la vida de los japoneses.
Las cuatro estaciones del año han tenido una gran influencia en el estilo de vida de los nipones. Actualmente, muchos japoneses ya no viven del campo y, por lo tanto, no necesitan comprender los cambios estacionales ni los calendarios agrícolas, pero las cuatro estaciones del año siguen muy presentes en la vida diaria del japonés contemporáneo y probablemente le permiten mantener esta conexión con su historia, pasado y con su cultura.
Desde el Hotel Japonès Puigpinós te explicamos el significado de las estaciones por la cultura nipona y te animamos a descubrirlo haciendo una visita a nuestro hotel y participando en algunas de las actividades que ofrecemos.
Vive las estaciones del año de Japón en el corazón de Cataluña
Un ejemplo más de la tradicional importancia de las cuatro estaciones en la cultura japonesa es la disposición y decoración de las casas tradicionales japonesas. En las casas tradicionales no hay muros, sino puertas corredizas de papel japonés para poder abrir el espacio y dejar que corra el aire durante los meses de más calor. A los japoneses les encanta colgar las campanillas de viento en verano, especialmente cuando el calor y la humedad se estrechan con fuerza. ¿La razón? Pues porque cuando sopla un poco de brisa, la campanilla suena y sienten que pueden disfrutar de este momento, del momento en que baja un poquito la temperatura.
La casa tradicional japonesa tiene un rincón denominado tokonoma en el salón principal, donde se cuelga algún cuadro relacionado con la naturaleza y que se suele decorar con algunas flores de temporada en un arreglo floral. Esta decoración va cambiando y siempre tiene relación con la estación del año.
A nivel gastronómico, los dulces tradicionales o wagashi (和菓子) de la ceremonia del té son otro buen ejemplo de la importancia de las estaciones del año. Sólo mirándolos, uno puede ver la relación con la naturaleza y, por lo tanto, con la estación del año. ¿Un ejemplo? los wagashi de castaña, fruto típico del otoño y que no acostumbra a servirse fuera de temporada. Así, un wagashi de castaña refuerza la idea de que es otoño, y un wagashi con forma de flor de cerezo grita ‘primavera’ a los cuatro vientos.
La estación de la primavera se celebra con una de las actividades más típicamente japonesas, la festividad del hanami (花見) o la contemplación de la efímera belleza de los cerezos en flor, muy ligada, de nuevo, a este sentimiento de aware. Todo se vuelve sakura y hay helados de sakura, latas de cerveza decoradas con sakura, y flores de cerezo por todas partes.
La primavera da paso a la temporada de lluvias o tsuyu (梅雨), justo después de la cual llega el verano y sus múltiples festivales o matsuri (祭り). Los fuegos artificiales o hanabi (花火) son una de las maneras preferidas de los japoneses de disfrutar del verano y, de hecho, la simple imagen de unos fuegos artificiales significa literalmente ‘verano’.
Y el verano finaliza para los japoneses con la luna de septiembre, la luna más bonita del año, momento en que disfrutan de la festividad del tsukimi (月見), es decir, de observar esta preciosa luna llena. Además del tsukimi, otra de las actividades típicas del otoño son los diferentes festivales relacionados con la cosecha, aunque es verdad que la imagen más típica del otoño es el cambio de color de las hojas, especialmente del momiji (もみじ). La silueta de una hoja de arce roja es, sin duda, sinónimo de otoño.
El invierno llega con las fiestas de despedida del año o bonenkai (暮年会) y con el ōmisoka (大晦日) o las celebraciones de fin de año, auténtica festividad anual japonesa que viste Japón de decoraciones tradicionales japonesas. Los nabos o estofados son platos típicamente invernales, así como el oden (¡aunque este ya se encuentra en los konbini hasta agosto!). Pero si hay una imagen típica del invierno en Japón es la de comer mandarinas bajo una manta eléctrica, ¡un clásico!
La propuesta en que se asienta Puigpinós tiene por objetivo abrazar la tradición y cultura japonesa, pero con toques de la tierra catalana y, concretamente, de Solsona. Así, las estaciones del año también quedan reflejadas en varios elementos:
En primer lugar, en el nombre, la orientación y algunos objetos de las habitaciones. La habitación HARU (primavera), con espectaculares vistas en el bosque y desde donde se pueden contemplar los colores cambiantes de las estaciones; la habitación NATSU (verano), orientada a sur oeste y desde donde en verano invita a salir y a observar la puesta de sol; la habitación AKI (otoño), con las mejores vistas a la robleda de Timoneda y un espectáculo de colores especialmente en otoño; y la habitación FUYU (invierno), una zona que había sido el espacio del fuego y del horno y donde antiguamente los habitantes de la casa se pasaban largos ratos en invierno.
En segundo lugar, en la gastronomía del hotel. Inspirada en la cocina japonesa y combinando productos de la tierra catalana con productos típicos del Japón, cultivados en el propio huerto de manera ecológica, se trata de una cocina de temporada y con productos frescos. Así pues, podrás probar la trufa en temporada de otoño, por ejemplo.
En tercer lugar, en la decoración. Noriko, la modista japonesa que nos ha elaborado parte de los tejidos que puedes encontrar en el hotel, ha escogido los colores y las tonalidades de estos para cada estación del año. De este modo, puedes encontrar diferentes fundas de las almohadas y noren en función de la época en que nos visites. Otros elementos decorativos como los jarrones van cambiando en cada momento estacional.
Por último, en las experiencias en el territorio. En invierno, por ejemplo, puedes encontrar truficultura y actividades de nieve y montaña; en la primavera, plantas aromáticas; en verano, huerto ecológico; y en otoño, setas. Estate atento/a porque durante el año iremos anunciando diferentes talleres relacionados con todas estas actividades en el territorio.
Si tienes ganas de vivir intensamente las estaciones con todos sus rituales japoneses, ven al Hotel Japonès Puigpinós, en Lladurs. Cuidamos los detalles al máximo para que tu estancia sea una auténtica experiencia nipona. Da un vistazo a nuestras habitaciones y descubre un abanico amplio de servicios y de todo lo que puedes llegar a necesitar para vivir una experiencia en su sentido más amplio, transversal y completo.